Un día, el burro de un granjero cayó
a un pozo. El animal estuvo horas y horas rebuznando lastimeramente, mientras
el hombre cavilaba sobre qué hacer. Por fin decidió que
el animal era viejo, y que de todas maneras había de cegar el pozo;
no valía la pena sacarlo de allí.
De manera que llamó a todos sus vecinos para que
vinieran a ayudarle. Todos cogieron palas y empezaron a tirar tierra al
pozo. Cuando el burro se dio cuenta de lo que estaban haciendo, empezó
a dar unos chillidos horribles. Y luego, ante el asombro general, se calmó.
Unas cuantas paladas más tarde, el granjero miró al fondo
del pozo. Y se quedó asombrado por lo que estaba viendo. El burro
se sacudía la tierra del lomo y subía por el pozo sobre
el montón creciente.
Los vecinos del granjero siguieron echando tierra sobre
el animal, y cada vez se la sacudía y subía otro poco. En
poco tiempo, el burro llegó al brocal, salió del pozo y
se fue trotando tan feliz.
La vida le tira tierra encima... todos los tipos de tierra.
El truco para salir del pozo es sacudírsela de encima y subir un
paso. Cada uno de nuestros problemas es un escalón. Podemos salir
de los pozos más hondos si no nos detenemos, si no nos rendimos
nunca. Sacúdase y suba otro poco.
Autor: Anónimo
Autor: Anónimo
Que tengáis un bonito domingo.
Un abrazo cariñoso de una futura burra.
Maria Jesus
una historia ¡¡preciosa!! de superacion,se puede aprender hasta de los burros :)
ResponderEliminarFELIZ DOMINGO
Cierto Angeles, se puede aprender de todo, y los burros encima son muy simpáticos.
EliminarBienvenida a Trébol de Cuatro Hojas, que contigo está más completo.
Un beso
Acertado simil de las lecciones o peldaños de la vida... Algo drástico, sí, pero real...
ResponderEliminarUn abrazo María Jesús.
Si Ernesto y he de decirte que me siento muy identificada con el burro... en lo de sacudirse la tierra, claro jejeje
EliminarUn abrazo
¿Y bién... qué más tenemos que decir amiga mía?
ResponderEliminarUn abrazo María Jesús.