Un día, el burro de un granjero cayó
a un pozo. El animal estuvo horas y horas rebuznando lastimeramente, mientras
el hombre cavilaba sobre qué hacer. Por fin decidió que
el animal era viejo, y que de todas maneras había de cegar el pozo;
no valía la pena sacarlo de allí.
De manera que llamó a todos sus vecinos para que
vinieran a ayudarle. Todos cogieron palas y empezaron a tirar tierra al
pozo. Cuando el burro se dio cuenta de lo que estaban haciendo, empezó
a dar unos chillidos horribles. Y luego, ante el asombro general, se calmó.
Unas cuantas paladas más tarde, el granjero miró al fondo
del pozo. Y se quedó asombrado por lo que estaba viendo. El burro
se sacudía la tierra del lomo y subía por el pozo sobre
el montón creciente.
Los vecinos del granjero siguieron echando tierra sobre
el animal, y cada vez se la sacudía y subía otro poco. En
poco tiempo, el burro llegó al brocal, salió del pozo y
se fue trotando tan feliz.
La vida le tira tierra encima... todos los tipos de tierra.
El truco para salir del pozo es sacudírsela de encima y subir un
paso. Cada uno de nuestros problemas es un escalón. Podemos salir
de los pozos más hondos si no nos detenemos, si no nos rendimos
nunca. Sacúdase y suba otro poco.
Autor: Anónimo
Autor: Anónimo
Que tengáis un bonito domingo.
Un abrazo cariñoso de una futura burra.
Maria Jesus